La Tierra (de Terra, nombre latino de Gea, deidad griega de la feminidad y la fecundidad) es un planeta del Sistema Solar que gira alrededor de su
estrella en la tercera
órbita más interna. Es el quinto más grande de sus
planetas y el más grande de los terrestres.Sistema Solar
ORIGEN
DEL SISTEMA SOLAR
Han habido muchos intentos de desarrollar teorías
sobre el origen del Sistema Solar. Ninguna de ellas puede describirse como
totalmente satisfactoria, y es posible que haya desarrollos ulteriores que
expliquen mejor los hechos conocidos.
Pensamos sin embargo, que entendemos el mecanismo
general, que consiste en que el Sol y los planetas se formaron a partir de la
contracción de parte de una nube de gas y polvo, bajo su propia atracción
gravitacional, y que la pequeña rotación neta de la nube, fue responsable de la
formación de un disco alrededor de la condensación central.
La condensación central eventualmente formó al Sol,
mientras que las condensaciones menores en el disco formaron los planetas y sus
satélites. La energía del joven Sol sopló el remanente de gas y polvo, dejando
al Sistema Solar como lo vemos actualmente.
LITOSFERA
La litósfera o litosfera (del griego litos,
"piedra" y σφαίρα, "esfera") es la capa superficial de la
Tierra sólida, caracterizada por su rigidez. Está formada
por la corteza
terrestre y por la zona contigua,
la más externa, del manto residual, y «flota» sobre la astenósfera, una capa «blanda» que forma parte del manto
superior. Es la zona donde se produce, en interacción con la
astenósfera, la tectónica de
placas.
La litosfera está fragmentada en una serie de
placas
tectónicas o litosféricas, en cuyos bordes se concentran los fenómenos
geológicos endógenos, como el magmatismo (incluido el vulcanismo), la sismicidad o la orogénesis. Las placas pueden ser oceánicas o mixtas,
cubiertas en parte por corteza de tipo
continental.
AREAS OCEANIAS Y
CONTINENTALES
Se ha convenido en
definir geográficamente como continentes a las tierras emergidas, y como océanos a las tierras sumergidas. No obstante, estos
términos varían si nos basamos en criterios geológicos y geofísicos, de tal
forma que la línea costera no es el límite real entre continente y océano.
Así, se denomina área continental al espacio que ocupan las tierra emergidas más el
precontinente, es decir la tierra firme más la llamada
plataforma
continental que en algún momento
fueron tierras emergidas, y que fueron transformadas en plataformas por efecto
de la erosión. Por su parte, a las tierras sumergidas, excluidas las plataformas
continentales, se les denomina Área
oceánica.
CUENCAS OCEANICAS
Una cuenca oceánica (o cubeta oceánica) es una depresión muy extensa, relativamente
uniforme, de contornos más o menos redondeados, que constituyen el fondo de los
océanos. Hidrológicamente, una cuenca oceánica puede ser cualquier lugar de la
Tierra que está cubierta por agua del mar, pero geológicamente, las cuencas
oceánicas son amplias depresiones geológicas que quedan por debajo del nivel del
mar.
TEORIA DE ISOSTASIA
La isostasia es la condición de equilibrio que presenta la
superficie terrestre debido a la diferencia de densidad de sus partes. Se resuelve en movimientos
verticales (epirogénicos) y está fundamentada en el principio de
Arquímedes. Fue enunciada como
principio a finales del siglo XIX.
El equilibrio isostático puede romperse por un
movimiento tectónico o el deshielo de una capa de hielo. La isostasia es fundamental para el relieve de la
Tierra. Los continentes son menos densos que el manto, y
también que la corteza
oceánica. Cuando la corteza
continental se pliega acumula gran
cantidad de materiales en una región concreta. Terminado el ascenso, comienza la
erosión. Los materiales se
depositan, a la larga, fuera de la
cadena montañosa, con lo que ésta pierde peso y volumen. Las raíces ascienden
para compensar esta pérdida dejando en superficie los materiales que han estado
sometidos a un mayor proceso metamórfico.
DERIVA CONTINENTAL
La deriva continental es el desplazamiento de las masas continentales
unas respecto a otras. Esta hipótesis fue desarrollada en 1912 por el alemán
Alfred Wegener a partir de diversas observaciones empíricas, pero
no fue hasta los años 60, con el desarrollo de la tectónica de
placas, cuando pudo explicarse de
manera adecuada el movimiento de los continentes.
La teoría original de
Alfred Wegener
La teoría de la deriva continental fue propuesta
originalmente por Alfred Wegener en 1912, quien la formuló basándose, entre otras cosas, en
la manera en que parecen encajar las formas de los continentes a cada lado del Océano
Atlántico, como África y Sudamérica (de lo que ya se habían percatado anteriormente
Benjamin Franklin y otros). También tuvo en cuenta el parecido de la
fauna fósil de los continentes septentrionales y ciertas
formaciones geológicas. Más en general, Wegener
conjeturó que el conjunto de los continentes actuales estuvieron unidos en el
pasado remoto de la Tierra, formando un supercontinente, denominado Pangea, que significa "toda la tierra". Este
planteamiento fue inicialmente descartado por la mayoría de sus compañeros, ya
que su teoría carecía de un mecanismo para explicar la deriva de los
continentes.
La teoría en la
actualidad
La teoría de la
deriva continental, junto con la de la expansión
del fondo oceánico, quedaron
incluidas en la teoría de la tectónica de
placas, nacida en los años 1960 a
partir de investigaciones de Robert
Dietz, Bruce
Heezen, Harry
Hess, Maurice
Edwing, Tuzo Wilson y otros. Según esta teoría, el fenómeno del
desplazamiento sucede desde hace miles de millones de años gracias a la
convección global en el manto (exceptuando la parte superior
rígida que forma parte de la litosfera), de la que depende que la litosfera sea reconfigurada y desplazada
permanentemente.
Se trata en este
caso de una explicación consistente, en términos físicos, que aunque difiere
radicalmente acerca del mecanismo del desplazamiento continental, es igualmente
una teoría movilista, que permitió superar las viejas interpretaciones
fijistas de la orogénesis (geosinclinal y contraccionismo) y de la formación de los continentes y
océanos.
TECTONICA DE PLACAS
La tectónica de placas (del griego τεκτονικός, tektonicós, "el que construye") es una teoría geológica que explica la forma en que está estructurada la
litósfera (la porción externa más fría y rígida de la
Tierra). La teoría da una explicación a las placas
tectónicas que forman la
superficie de la Tierra y a los desplazamientos que se observan entre ellas en
su movimiento sobre el manto
terrestre fluido, sus direcciones
e interacciones. También explica la formación de las cadenas montañosas
(orogénesis). Así mismo, da una explicación satisfactoria de
por qué los terremotos y los volcanes se concentran en regiones concretas del planeta
(como el cinturón
de fuego del Pacífico) o de por
qué las grandes fosas submarinas están junto a islas y continentes y no en el
centro del océano.
ORIGEN DE LAS PLACAS
TECTOCNICAS
Se piensa que su
origen se debe a corrientes de convección en el interior del manto
terrestre, en la capa conocida
como astenosfera, las cuales fragmentan a la litosfera. Las corrientes de convección son patrones
circulatorios que se presentan en fluidos que se calientan en su base. Al
calentarse la parte inferior del fluido se dilata. Este cambio de densidad
produce una fuerza de flotación que hace que el fluido caliente ascienda. Al
alcanzar la superficie se enfría, desciende y se vuelve a calentar,
estableciéndose un movimiento circular auto-organizado. En el caso de la
Tierra se sabe, a partir de estudios de reajuste glaciar, que la astenosfera se comporta como un
fluido en escalas de tiempo de miles de años y se considera que la fuente de
calor es el núcleo terrestre. Se estima que éste tiene una temperatura de
4500 °C. De esta manera, las corrientes de convección en el interior del planeta
contribuyen a liberar el calor original almacenado en su interior, que fue
adquirido durante la formación de la Tierra.






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